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lunes, 9 de mayo de 2011

Roland Barthes y la fotografía

Barthes señala dos elementos en una fotografía: el studium y el punctum. El studium, tiene que ver con la cultura y el gusto. Puede interesarme una fotografía, incluso“a veces emocionarme, pero con una emoción impulsada racionalmente, por una cultura moral y política”. “Muchas fotografías permanecen inertes bajo mi mirada. Pero incluso entre aquellas que poseen alguna clase de existencia ante mis ojos, la mayoría tan solo provocan un interés general (…) . Me complacen o no pero no me marcan”. “La fotografía puede gritar pero nunca herir”. “No hay ningún punctum”.
El punctum de una fotografia –señala Barthes– “es ese azar que en ella me despunta”. “Surge de la escena como una flecha que viene a clavarse”. El punctum “puede llenar toda la foto” (....) aunque “muy a menudo sólo es una detalle”: es algo íntimo y a menudo innombrable. 



La fotografía entendida como un objeto de duelo. Papel de la fotografía como “testimonio”, como “trámite tanatológico” que me permite un día ver “lo que ha sido”. El fotógrafo es como un taxidermista. La fotografia como rito de la muerte en sustitución de los religiosos. Quizás plasmando un momento que sabemos nunca se repetirá –en realidad el acto de fotografiar es como una pequeña muerte- en cierta forma queremos así conservar la vida


Reflexiones sobre el propio retrato: dificultad de que una imagen que es única, inmóvil, refleje el yo, siempre múltiple y cambiante.
Un buen retrato es el que consigue mostrar esa esencia.
“Cuando me contemplo en una fotografía es como si me desdoblara, como si fuera otro”. La fotografía es el advenimiento de uno mismo como si fuera otro, una rebuscada disociación de la consciencia de identidad.
El mítico tema del doble acaba con la llegada de la fotografía. El ligero malestar que sentimos cuando nos contemplamos en una fotografía es la herencia de este mito.
En el retrato hay cuatro campos de fuerza; delante del objetivo yo soy, al mismo tiempo: aquel que soy, el que desearía hacer creer que soy, el que el fotógrafo cree que soy y aquel que hace surgir para exhibir su arte.
Sensación de impostura e inautenticidad ante el retrato. “No ceso de imitarme a mi mismo”.
El retrato me desapropia de mi mismo y me convierte en objeto en las manos de otros. 



“Studium”: significado universal de una fotografía. Todos pueden hablar del tema ya que se trata de valores conocidos por todos.
“Punctum”: significado personal, cuando una foto “me conmueve y me dice algo muy íntimo y particular. A menudo el que lo provoca es un detalle anodino de la fotografía.
Idea un tanto proustiana del “punctum”, en el sentido de que difícilmente puede venir de un examen a fondo; necesita cierta latencia…



La fotografía es literalmente una emanación del referente. De un cuerpo real, que estaba allí, han surgido unas emanaciones que vienen a impresionarme, como la luz diferida de una estrella. Una especie de cordón umbilical une el cuerpo de la cosa fotografiada con nuestra mirada: la luz, aunque impalpable, es aquí un medio carnal, una piel que compartimos con el que ha sido fotografiado.


Es el advenimiento de la fotografía el que constituye un punto de inflexión en la historia del mundo. Es el testimonio fidedigno de que algo ha sido realidad.

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